Motivo nº 56. Descubrir una nueva dimensión.
Como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, una cosa es oír y otra muy distinta es escuchar. Es precisamente esa atención la que nos permite entendernos, y filtrar de entre todas las señales sonoras que percibimos aquello que nos interesa.
De igual manera sucede en la música. Si ya sólo oyéndola, es capaz de cambiar nuestro estado de ánimo, cuando la escuchamos el hecho sonoro alcanza una nueva dimensión. Si a esta escucha consciente le añadimos unos conocimientos musicales previos, aunque sean básicos, el disfrute y el gozo de nuestra alma se multiplica.
Por eso animo a la gente a acercarse al mundo de la música, para que pueda oirla, sentirla, escucharla y entenderla, gozando sin límite.