Motivo nº 88. El dominio del tempo.
Hay algo que saben muy bien los (buenos) actores: para provocar cualquier emoción en el público, son necesarios los silencios, las pausas, respiraciones, e intercalarlos con el texto adecuadamente.
Para ello hay que tener ese dominio de lo que los músicos llamamos "el tempo". Un ejercicio nada fácil pero que da sentido a lo que se pretende transmitir.
Estudiar música también conlleva poder dominar el tempo.