En estos días, cuando llega el momento de que nuestras hijas hagan los deberes en casa siempre tenemos un pequeño zafarrancho. Lo inesperado de la situación nos ha pillado a todos, padres, profesores y alumnos, por sorpresa. Sin embargo, cuando se ponen con el piano la mayor, y con el acordeón nuestra pequeña, nos relajamos y disfrutamos de unos momentos de paz y tranquilidad, mientras nos concentramos en nuestro trabajo. La verdad es que lo tenéis muy bien organizado. Zorionak!